martes, 1 de julio de 2008

La recuperación de los colores- Nicolás Toro


Ése día como tantos más, en la casa de los hombres grises sobraban los libros nuevos y el olor a mármol. Acostumbrado a su silencio, camino por el edificio con la mente en coma; la vida me espera un minuto y tengo tiempo para respirar. Ante mis ojos se muestra lo mismo de siempre, sólo máscaras sin color y corbatas parlanchinas que me haban del derecho a la propiedad. Sus tonos burlescos me abruman y apuro el paso para refugiarme entre las sombras.
Dicen que por acá existieron los colores hace algunos años, que abundó la risa y la esperanza, pero me cuesta creer eso, ya que hasta ese día nunca había visto un color en este lugar. Me había acostumbrado a la autoridad, si es que se le puede llamar así.
Llegando a mi destino habitual, unas voces quebraron el silencio de la tarde, provenía de los que aún se resisten a perder su luminosidad. No alcanzo a entender lo que se habla, sólo veo que de apoco se reúne más y más gente. De pronto y ante mi asombro, los colores comienzan a cubrir a ciertas personas que están alrededor del círculo de humanidad; creo entender que discuten. Los hombres de gris, aquellos que con seguridad y soberbia se han paseado por años en este lugar, primero gritan y se desesperan, luego sacan su arsenal y amenazan con hacer de todo para no dejar que la avalancha de colores pinte el edificio, pero ya es demasiado tarde; un viento libre recorre los pasillos y la justicia parece entender que este puede ser un buen día para aterrizar en Pío Nono.
Sin dejar mi asombro, me acerco hacia la multitud de personas que gritan, y puedo entender por fin lo que se dice; se habla de desigualdad y desilusión, de alegría y rebeldía.
Mientras esto pasaba adentro, afuera las calles ardían de amores y verdades; niños forzados a ser grandes pedían lo imposible y soñaban con un país digno, lo que hace mucho tiempo no se hacía adentro de éstas paredes de mármol, pero ahora todo se había vuelto claridad; de un momento a otro las voces se unificaron y pronunciaron sólo una frase: ¡Los estudiantes de Derecho de la Universidad de Chile están en toma, ha llegado aquél famoso tiempo de vivir!. Eso me envolvía, cuando el memorial de detenidos desaparecidos de nuestra facultad, después de una larga siesta de olvido, volvió por una vez si quiera a cantar las canciones de Víctor Jara.
Viernes 20 de Junio del 2008.
Toma de Derecho de la Universidad de Chile.

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